Colaboración público-privada
Por Claudia Miralles A.
Imaginacción Consultores
Por Claudia Miralles A.
Imaginacción Consultores
La cara de Chile cambió en veinte años. Esta es una afirmación en la que la mayoría coincidimos. En términos reales, cinco millones de chilenos salieron de la pobreza. El Producto Interno Bruto pasó de 74 mil millones de dólares en 1995 a más de 257 mil millones en 2014. Hoy, en un ambiente de desconfianza declarada, donde a los chilenos nos está costando creer en el otro, es un buen ejercicio ponernos en este contexto y recordar también que estos avances, en buena parte, se lograron gracias a la colaboración entre el sector público y el sector privado.
Y a pesar del aparente “caos” institucional en el que nos encontramos, hay cifras que nos permiten inferir que los chilenos quieren seguir en este camino. Según la encuesta realizada en julio de este año por Imaginacción, la Universidad Central y radio Cooperativa, un 69,2% de los chilenos cree que, para que Chile sea finalmente un país desarrollado, es necesaria una fuerte colaboración público-privada. No está tan mal hecho el trabajo entonces. Y esta sensación se confirma si leemos en profundidad los resultados de la muestra: un 67,6% de los jóvenes entre 18 y 35 años está convencido de lo mismo.
Un ejemplo concreto de la necesidad de mirar esta valoración de la opinión pública respecto de la asociación público-privada es el sistema de concesiones promulgado en 1996. Este permitió que sólo en infraestructura vial se invirtieran más de 11.500 millones de dólares. Chile encontraba ahí la forma de alcanzar el desarrollo y destinar fondos públicos a la enorme cantidad de desafíos sociales que presentaba el país al llegar al siglo XXI.
El objetivo inicial del sistema de concesiones fue alinear los intereses y necesidades del sector público, los incentivos del sector privado y las demandas de la comunidad. Dificulto que alguien pudiera decir que esto no se cumplió. A casi 20 años de la puesta en marcha del sistema, y sólo en infraestructura vial, Chile avanzó en una década lo que no había avanzado en cinco. La última encuesta CEP de agosto de 2015 demuestra que la infraestructura vial es el servicio mejor evaluado por los chilenos. ¿Se debe entonces restringir per se la alianza público-privada? No lo creo, y tampoco lo creen tres cuartas partes de la población.