De Tolín a Zorrón
Por Roberto Merino
Por Roberto Merino
Las complejidades parecen estructurar la personalidad de Nicolás Eyzaguirre. Alguien dice que “anda con el inconsciente en la punta de la lengua”. Se supone que carece de filtro entre lo que piensa y lo que dice. Uno de sus hermanos refuta esta versión: “Tiene un filtro grande a través del cual se cuelan algunas cosas. Si en realidad dijera todo lo que piensa lo echan del país. Aquí falta mucho sentido del humor”.
Las fotografías lo muestran como un señor serio que estuviera pensando en los misterios del balance estructural. Esto no le impidió posar alguna vez para The Clinic tirado en una hamaca sosteniendo un “melón con vino”, expresión que se transformó en uno de sus apodos. En el Verbo Divino le decían Tolín y en Canal 13 lo llamaban Zorrón. Se lo recuerda en ese lugar como aficionado a los chismes y a poner sobrenombres. Cruzaba los pasillos con anteojos Ray Ban en actitud de rockstar con un pucho en los labios. Fumaba en las reuniones y en su propia oficina, donde además solía dormir siesta tapado con un chal aunque el teléfono se desgañitara campanilleando. Parece que en algún momento le habían encargado frenar un poco a Yerko Puchento: no sólo no lo censuró, sino que además le aportó chistes.
Frases recogidas de distintos testigos: Eyzaguirre corre solo, es hombre de corbata tejida tipo Harvard, es un pituco mesiánico, cree que no hay nadie más inteligente que él —al menos que él conozca—, por formación no tiene problemas con las contradicciones.
Declaró alguna vez sentirse como una sandía partida. Es de chapa dura pero a la vez sensible e incluso sentimental. Es una bala con los números y también es lector de poesía. Severo militante PC en la juventud, en la madurez pareciera empeñarse en ser una especie de adolescente al que le cuesta reconocer la autoridad.
Su hermano menor, Juan Cristóbal, cuenta un episodio iluminador. En 1976 llegó la Dina a buscar a Nicolás al dúplex donde ambos vivían en la calle Juana de Lestonac. Nicolás estaba a dos cuadras, jugando fútbol. Su hermano corrió a avisarle que los agentes lo esperaban y la primera reacción de Eyzaguirre fue decir: “¡Chuta, es que estoy con pantalones cortos!”.