Diálogo para recuperar la confianza
Por Lucas Palacios Covarrubias
Director Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC
“Decir que se está escuchando cuando en realidad se está haciendo oídos sordos es perder una oportunidad”.
Por Lucas Palacios Covarrubias
Director Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC
Son interesantes las declaraciones del ministro Nicolás Eyzaguirre sobre los problemas que han suscitado algunas de las reformas impulsadas por el Gobierno. Desde una cartera como la Secretaría General de la Presidencia, Eyzaguirre tiene mayor libertad para sincerarse y la calma para mirar las cosas desde otra perspectiva. Ahora lo importante será actuar en consecuencia.
En una reciente entrevista, el ministro hizo hincapié en tres factores a considerar a la hora de diseñar políticas públicas: “Primero, la oportunidad, y que sea una reforma relevante; segundo, que sea técnicamente bien hecha, que minimice los efectos colaterales que van en el sentido contrario a lo que persigues, y eso no es simple. El tercer requisito es la dinámica política que permita que los apoyos sean mayores que los disensos”. Quisiera destacar el último de estos factores, sobre la necesidad de apertura y diálogo para el buen diseño de políticas públicas duraderas y relaciones humanas de largo plazo.
El futuro de nuestro país se construye con buen entendimiento, genuino interés de escuchar y ponerse en el lugar del otro, comprender sus necesidades y preocupaciones. Esto ocurre en el ámbito de la familia, de la empresa y también en el ambiente político. Decir que se está escuchando cuando en realidad se está haciendo oídos sordos es perder una oportunidad.
El caso de la discusión respecto de la reforma laboral ejemplifica muy bien la falta de apertura por incorporar todas las visiones y hacer la mejor legislación laboral para Chile. En la tramitación de este proyecto, la CUT, que representa un 8,8% de los trabajadores del país, ha dictado la pauta de la agenda laboral y su discusión. ¿Qué pasa con la realidad que vive el restante 91% de los trabajadores chilenos, la mayoría de los cuales trabaja en pymes? No incorporar su visión podría traer serios problemas al empleo, o terminar con una reforma trunca, deslegitimada o definitivamente injusta.
La reforma laboral requiere voluntad de diálogo real, con el fin de legitimar este proyecto y de rectificar aquellas medidas que puedan tener efectos adversos. En este sentido, esperamos que las palabras del ministro no se las lleve el viento.
Quienes aportamos al país desde el sector empresarial estamos disponibles para sentarnos a conversar una vez más y contribuir con propuestas equilibradas, en las que predomine una mirada integral, de largo plazo y de bien común. Recuperar la confianza comienza por el diálogo y una verdadera disposición a escuchar a todas las partes.