Guagua o feto
Señor Director: Respecto a las cartas publicadas en vuestro diario referidas a la distinción entre bebé y feto –y que hacen referencia a una carta de mi autoría publicada el día miércoles–, quisiera reiterar mi llamado a debatir sobre un tema tan delicado desde el rigor intelectual y no desde las emociones. El punto central […]
Señor Director:
Respecto a las cartas publicadas en vuestro diario referidas a la distinción entre bebé y feto –y que hacen referencia a una carta de mi autoría publicada el día miércoles–, quisiera reiterar mi llamado a debatir sobre un tema tan delicado desde el rigor intelectual y no desde las emociones.
El punto central es que, debido a que el lenguaje construye realidad (Habermas), si nos damos el lujo de llamarle bebé (o guagua, o niño, como usted prefiera) a aquella vida que crece dentro del vientre materno, comenzaremos a desvirtuar el debate, no sólo etimológicamente sino desde la lógica impuesta por el legislador. La Constitución y las leyes señalan expresamente que en Chile se protege la vida del que está por nacer; por tanto, no denomina a dicha vida “persona”, término reservado para quienes hayan nacido.
Al respecto el Código Civil es claro al señalar, en su artículo 74, “la existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre. La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás”. Por ello el llamado es a reservar los términos guagua y bebé para el lenguaje coloquial y no para uso periodístico de medios de comunicación.
Guillermo Fernández Lores