Ideas para la centroderecha
Por Tomás Fuentes
Vicepresidente RN
Por Tomás Fuentes
Vicepresidente RN
Se ha debatido respecto del nombre que debe tener la nueva coalición o plataforma de la centroderecha. Más allá de las discusiones semánticas o que atañen al marketing, lo importante es centrar la discusión en la construcción de un mensaje de fondo que sea convocante para los chilenos. En ese sentido, todo el mundo da por descontado que nuestro sector promoverá con fuerza el crecimiento económico y el empleo. ¿Algo nuevo bajo el sol? La verdad es que no. Por ello, aquí se plantean tres ejes sobre los cuales puede construirse el discurso de nuestro sector: acento en la persona humana y su dignidad; levantar la justicia como principio rector para enfrentar las dolorosas brechas de desigualdad, y credibilidad en las promesas de orden, seguridad y estado de derecho.
Respecto de lo primero, debemos situar con fuerza la dignidad intrínseca de la persona humana como base de nuestra acción política. Ello atañe tanto a su desarrollo material como también subjetivo y personal. Como un segundo elemento, que se desprende del primero, es urgente hacernos cargo de las profundas y dolorosas brechas que atraviesan la sociedad chilena. En consecuencia, mirar “para el lado” (como proponen algunos del Tea Party criollo) no es la solución. La igualdad de oportunidades hoy devino en una frase de cartón: debemos transformarla en una realidad palpable para millones de chilenos.
Tercero, hay que hacerse cargo de la sensación de impunidad y falta de autoridad. Por ello, es necesario hacer promesas confiables y concretas de que lo haremos mejor que la izquierda en el combate a la delincuencia y el quebrantamiento del estado de derecho. Para que lo anterior sea creíble, se requiere realizar una profunda autocrítica de nuestra gestión como gobierno en esta materia (mejor ponerse colorado una vez). Proceder de ese modo es fundamental, toda vez que si existe un valor transversal en los partidos y simpatizantes de la centroderecha es la defensa del orden y la ley.
En suma, no caigamos en los cantos de sirena de líderes del pasado que venden orden y progreso. Defendamos las ideas aquí señaladas con fuerza y de ese modo lograremos recuperar la confianza de los chilenos.