Segunda mirada: Presidente ancla
En estos días en que muchos reclaman de la Presidenta de la República mayor presencia y protagonismo en las discusiones públicas, quizás es bueno revisar qué pasa cuando ese deseo de marcar pauta no sólo desborda a un gobierno, sino a la propia figura presidencial. Es cosa de ver lo que ocurre en Argentina, donde […]
En estos días en que muchos reclaman de la Presidenta de la República mayor presencia y protagonismo en las discusiones públicas, quizás es bueno revisar qué pasa cuando ese deseo de marcar pauta no sólo desborda a un gobierno, sino a la propia figura presidencial.
Es cosa de ver lo que ocurre en Argentina, donde la Presidenta Cristina Fernández ha convertido las cadenas nacionales, obligatorias para todas las estaciones de radio y TV, en un arma de propaganda política. Hasta agosto llevaba 31 cadenas y 1.385 minutos de transmisión, inaugurando obras públicas o monumentos. Ha tenido momentos sublimes, donde se ha comparado con Napoleón o con la reencarnación de un arquitecto egipcio.
Pero las palmas se las lleva Nicolás Maduro, con su programa “Contacto con Maduro”, un verdadero late show donde se da el lujo hasta de comentar mensajes de Twitter. Aunque su verborrea todavía no está a la altura de la de su antecesor, Hugo Chávez, su última intervención, anoche, duró casi 4 horas.
J. J. Cruz