Una visita con final amargo
“El incidente ha vuelto a poner en primer plano cómo en la isla se continúan violando principios fundamentales”.
Un mal final para la reciente visita del canciller Heraldo Muñoz a Cuba ha sido la detención, este domingo, del diputado Felipe Kast, representante de Evópoli y casado con cubana, luego de participar en una manifestación pública, por los derechos humanos en esa nación, junto a las Damas de Blanco, en torno a la iglesia Santa Rita, “abogada de imposibles”. El maltrato que recibió el parlamentario chileno durante su detención de tres horas fue dado a conocer por la activista Yoani Sánchez, desatando las gestiones de la Cancillería para solicitar antecedentes.
No es la primera vez que representantes chilenos enfrentan dificultades con el régimen cubano. Le ocurrió al actual presidente del Senado, Patricio Walker, a quien, en su momento, se le negó la visa para viajar a la isla, presuntamente en represalia por su participación para obtener la liberación de cubanos detenidos pedir el respeto a los derechos esenciales. Tampoco se ha obtenido colaboración del régimen de La Habana ante las peticiones de la justicia chilena y del Ministerio Público para aclarar el asesinato del senador Jaime Guzmán, y que buscan hacer comparecer a participantes del asesinato que residen en la isla.
Si el tema ha sido abordado por el canciller Heraldo Muñoz durante su visita oficial a La Habana, ello no ha sido reconocido formalmente. La gira, según lo informado, ha apuntado a fortalecer vínculos comerciales para incentivar el exiguo intercambio comercial, que no sobrepasa los 42 millones de dólares, de los cuales unos 36 millones corresponden a la venta de productos chilenos y unos seis millones a la compra de producción cubana, principalmente ron, desde Chile. Una treintena de empresarios chilenos reforzaron la visita para explorar si han cambiado las condiciones para invertir e impulsar emprendimientos que estarán estimulados por una nueva línea de crédito de BancoEstado.
La visita la enmarcó en una agenda acordada entre las partes. El canciller Muñoz también ha querido ser prudente respecto del contenido de su entrevista con el cardenal Jaime Ortega y evitó reunirse con los disidentes, aunque señaló respetar el planteamiento de los parlamentarios que así se lo habían solicitado. Ahora, con lo ocurrido al diputado Kast, el asunto se ha hecho presente de la peor manera. La Cancillería tendrá que representar, inevitablemente, el malestar oficial por la detención, y el incidente ha vuelto a poner en primer plano cómo en la isla se continúan violando principios fundamentales.