Venezuela en la encrucijada
“La abusiva condena de López parece otro paso adelante en la estrategia de Maduro de amedrentar a los opositores”.
La condena del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, preso desde febrero del año pasado, ha puesto en la mira al gobierno de Nicolás Maduro. Organismos como Amnistía Internacional han señalado sin ambages que López es un prisionero de conciencia que ha sido injustamente sentenciado por sus ideales y por la manera como ejercía sus derechos políticos.
Otro tanto han expresado voces como las de los ex presidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, que rechazaron a través de una columna la condena a López y demandaron su inmediata libertad, y Felipe González, el ex jefe del gobierno español, quien señaló que Venezuela se ha convertido en una dictadura de facto.
El Gobierno de Chile, en tanto, reaccionó con prudencia, manifestando respeto a las decisiones del Poder Judicial venezolano, pero demandando que se cumpla un debido proceso. En la misma línea se han pronunciado en las últimas horas los gobiernos de Costa Rica y Paraguay. Esto no fue obstáculo para que el régimen de Maduro respondiera con dureza, acusando a la Cancillería chilena de injerencia en sus asuntos internos, e incluyendo en su declaración un insólito reproche sobre asuntos de la política interna de nuestro país.
También es valioso el rechazo que la condena de López ha recibido de buena parte del espectro político, con la sola excepción del PPD y el PC. Pocos en la Nueva Mayoría han olvidado el papel que jugaron las fuerzas democráticas venezolanas a la hora de acoger y respaldar a las víctimas de la dictadura militar en Chile.
La abusiva condena de López parece otro paso adelante en la estrategia de Maduro de amedrentar a los opositores y acusarlos de conspiraciones con respaldo del “imperialismo”. En la misma línea es que el gobierno de Caracas ha atizado el conflicto fronterizo con Colombia, mediante la resurrección de rencillas antiguas en las que abundan la guerrilla, los narcos, el contrabando y el flujo masivo e ilegal en uno y otro sentido, buscando un elemento unificador que le sea de utilidad con miras a las elecciones legislativas del 3 de diciembre próximo. Existe temor en la oposición venezolana, y en la comunidad internacional, de que esta pugna sea utilizada como pretexto para suspender o cancelar los comicios.
El propio López, desde la cárcel, ha señalado que espera que la mayoría de los venezolanos pueda quitarle el poder a la élite corrupta que los gobierna, y lograr la liberación de un pueblo que hoy sufre las dolorosas consecuencias de un modelo que fracasó en lo económico, en lo político y en lo social.