Merino Benítez
Señor Director: El genio y figura del comodoro Arturo Merino Benítez ha recobrado el brillo que nunca debe perder por el actual debate que propone rebautizar el aeropuerto de Pudahuel con el nombre de Pablo Neruda. Merino Benítez pasaría así a un inmerecido segundo plano. Hay otra razón por la que el comodoro tiene que […]
Señor Director:
El genio y figura del comodoro Arturo Merino Benítez ha recobrado el brillo que nunca debe perder por el actual debate que propone rebautizar el aeropuerto de Pudahuel con el nombre de Pablo Neruda. Merino Benítez pasaría así a un inmerecido segundo plano. Hay otra razón por la que el comodoro tiene que mantenerse vigente, y está en el Himno de la Fuerza Aérea de Chile, que se debe a la inspiración poética y sensibilidad del general del aire Diego Barros Ortiz, que comienza diciendo “Con las alas encarnadas en suprema sed de cielo, dejaremos camaradas cualquier día la legión”. El presagio se hizo realidad cuando un compañero de promoción perdió la vida al caer el avión que pilotaba sobre la pista, e impulsado por indecible angustia esa noche dio vida a la estrofa que dice “esperemos siempre alegres, siempre unidos, siempre hermanos, la fantástica batida, de los cóndores lejanos, que vendrán desde lo alto a llevarnos más allá”.
Los versos llegaron al escritorio del comodoro Arturo Merino Benítez, quien vaticinó que esta poesía sería el himno de la Fuerza Aérea. Y así ha sido hasta hoy. No se trata de minimizar los méritos del poeta, ya altamente reconocidos internacionalmente, sino que de mantener el recuerdo que en justicia le pertenece al comodoro.
Werner Arias Aeschlimann