Segunda mirada: Cumplir
Fue un viejo dirigente empresarial, que se especializa en regalos estrambóticos, quien a la larga fue el más sensato: pidió que debido a que el partido Chile-Perú terminaría tipo una de la madrugada, los trabajadores pudieran entrar más tarde a sus empleos al día siguiente. Pero mientras metro y buses iban repletos a la misma […]
Fue un viejo dirigente empresarial, que se especializa en regalos estrambóticos, quien a la larga fue el más sensato: pidió que debido a que el partido Chile-Perú terminaría tipo una de la madrugada, los trabajadores pudieran entrar más tarde a sus empleos al día siguiente. Pero mientras metro y buses iban repletos a la misma hora de siempre ayer, sólo los diputados escucharon a Fantuzzi. Tal vez no sea la causa del bochorno del año, pero sólo 34 de 120 diputados llegaron a su pega a tiempo (10:45 horas como máximo, ya lo quisiera yo). Y para peor, en vez de admitir la falta, se escuchó un coro de excusas: estaba lloviendo, pasé al baño, estaba en mi región, llegue 10 minutos después. Para cumplir una obligación no hay chiva que valga. Si se falla, hay que reconocer y pedir perdón. No sea cosa que algunos piensen que la masiva cimarra fue porque se votaba el proyecto que castiga con la pérdida de la pega al parlamentario que reciba financiamiento ilegal. ¿O eso sería ir muy lejos?
T. Aguila