Una nueva cara para la Alameda
“Se trata de una intervención necesaria para el eje Alameda-Providencia, castigado hasta ahora por el descuido y la prioridad casi absoluta del transporte motorizado”.
El Gobierno Regional Metropolitano de Santiago dio a conocer esta semana el proyecto ganador del concurso internacional convocado para la renovación del Eje Alameda-Providencia. La iniciativa, autoría de la oficina chilena Lyon-Bosch + Martic, en colaboración con profesionales de España e Inglaterra, se implementará en cuatro etapas, a partir de 2017, con un costo de 220 millones de dólares.
Entre los detalles más relevantes destaca la implementación de un corredor exclusivo para buses en los 11,5 kilómetros que van desde Las Rejas hasta Tobalaba, lo que permitirá aumentar significativamente la velocidad promedio y la calidad del transporte público en ese tramo. La construcción de veredas más anchas, ciclovías y nuevas áreas verdes, a su vez, contribuirá a mejorar el espacio urbano. Todo esto obligará a reducir en un 20% el espacio disponible para el tránsito de automóviles particulares, lo que probablemente añadirá un nuevo factor de polémica.
Se trata de una intervención necesaria para el eje urbano más importante de la ciudad, castigado hasta ahora por el descuido, la prioridad casi absoluta del transporte motorizado y la diferente capacidad de invertir en él que tienen los municipios que cruza, Estación Central, Santiago y Providencia. Incluso, una de las intervenciones propuestas que ha causado más controversia, como es la creación de una explanada cívica en el lugar de la actual Plaza Baquedano, parece lógica, pues se adapta a su uso actual como espacio de celebraciones masivas. Es de esperar que el proceso de participación ciudadana que se ha anunciado, paralelo al desarrollo de la ingeniería de detalle, logre resolver los nudos de la propuesta sin desnaturalizar la idea original en beneficio de los grupos de interés.
La implementación del proyecto también pondrá a prueba la capacidad del Gobierno Regional para empujar una iniciativa que requiere de la ejecución y coordinación de múltiples instituciones: ministerios, municipalidades, servicios públicos y hasta el Metro. La forma en que se lleve adelante será relevante no sólo cuando se discuta la pertinencia de contar con un alcalde mayor para Santiago. También exigirá de las autoridades una actitud más decidida para proteger espacios públicos de calidad y resguardar la inversión del Estado. El vandalismo en el espacio público en la Alameda, a veces a vista y paciencia de la fuerza pública, es un problema cotidiano, que se acentúa con ocasión de marchas y festejos. Sería lamentable que un proyecto tan beneficioso sufriera el mismo destino.