La fundación Techo para Chile, que nació inspirado por un líder obsesivo y el empeño de voluntarios enojados con su país, se fue haciendo fuerte porque “tiene calle”. Ya no es levantar mediaguas, la aspiración de sus 3.500 voluntarios es construir la dignidad de las personas. Todo esto que Techo ha demorado 15 años en trabajar ¿se ha resentido?
Techo debe volver a construir, esta vez la confianza, desde la transparencia total. Remuneraciones, costos, cifras claras y actualizadas, plazos cumplidos e incumplidos… todo.
Hace unos días un titular de La Segunda soltó fantasmas y rompió confianzas. Esa tarde este vespertino desde sus esquinas gritaba en rojo “Gobierno pide explicaciones a Techo para Chile” y este titular quedó en la retina de miles de chilenos.
Ese fin de semana se realizaba la colecta anual, la que recaudó 40 millones menos que el año anterior ¿Casualidad?
Cuarenta millones son 61 familias fuera del barro.
Se desataron fantasmas anteriores. La primera vez se es engañado, la segunda se es tonto. Falsas fundaciones y donaciones que no llegan a destino han existido y las desconfianzas apretan la mano y el corazón.
La Segunda recibió una información noticiosa y publicó… hizo su pega. El gobierno tiene que responder de la plata de todos los chilenos…hizo su pega. Pero si Techo debilita su real capital -que es la confianza de los donantes- ¿Quién hará su pega?
Dar vivienda a miles de familias de campamentos es responsabilidad de todos, pero yo estoy sólo escribiendo y Techo ya radicó 3.500 familias y ahora trabaja –además- en rescatar los insalubres blocks para que sean barrios y no guetos.
Después de haber construido 57 mil mediaguas descubrieron que la pobreza no se soluciona sólo con un techo.
La noticia de “algo pasa con Techo” golpeó. Apareció en muchos medios de prensa, se reconocieron errores y abundó el respaldo desde el gobierno. Surgieron las explicaciones: no había malversación, ni siquiera mala gestión. Era sólo atraso en el desarrollo de 5 proyectos de vivienda de los 130 que llevan como EGIS (Entidad de Gestión Inmobiliaria Social). No se encontraron ingredientes sospechosos. Lo que se “filtró” es una carta de comunicación habitual, entre dos instituciones que trabajan para los mismos y se necesitan. El gobierno supervisaba por atrasos y Techo estaba fuera de plazo para familias ansiosas de mudarse a una casa con agua potable.
La fundación Techo para Chile, que nació inspirado por un líder obsesivo y el empeño de voluntarios enojados con su país, se fue haciendo fuerte porque “tiene calle”. Ha conseguido buenas políticas públicas para que las erradicaciones sean un continuo en el desarrollo de las familias. Ya no es levantar mediaguas, la aspiración de sus 3.500 voluntarios es construir la dignidad de las personas. Y esto lo quiere para toda América.
Todo esto que Techo ha demorado 15 años en trabajar ¿se ha resentido?
Techo debe volver a construir, esta vez la confianza, desde la transparencia total. Remuneraciones, costos, cifras claras y actualizadas, plazos cumplidos e incumplidos… todo.
Hace unas semanas me invitaron a una charla. En un clásico living de clase media acomodada, se juntaba un grupo de amigos para escuchar a un joven que pedía a los presentes llevar diez colaboradores y éstos a su vez 10 más hasta llegar a tener una cadena monetaria fuerte, que permitiera erradicar hasta el último campamento de este país.
¿Era un emprendimiento más para iniciar una nueva fundación? No. Quien va de casa en casa motivando esta cruzada para que ningún niño duerma con frio es el actual director de techo. Él inició una nueva cruzada para acoger a todos los marginados.
Me pregunto si se cansará de ir de grupo en grupo buscando fondos, parece que no. No, no se cansan, sólo se atrasan.