DOCTOR TITO PIZARRO, DIRECTOR EJECUTIVO DE CONIN:
“LA LEY SUPER 8 ES UNA GRAN INICIATIVA”
CONIN nació con el objetivo de derrotar la desnutrición infantil. Y lo logró, pero hoy el problema es la obesidad que afecta a los niños de nuestro país. Ese es el nuevo desafío de la institución dirigida por el doctor Tito Pizarro, quien acusa un bajo compromiso de las empresas privadas y destaca la nueva legislación sobre la alimentación de los niños.
En la década del 70, Chile poseía una de las tasas más altas de desnutrición infantil de América Latina. Ante este panorama y la cantidad de muertes de niños que tenía de fondo este problema, el doctor Fernando Monckeberg decidió fundar en 1974 la Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN), con un solo objetivo: derrotar la desnutrición de los niños y niñas del país.
Además, existen las “Damas de Lila”, grupo de mujeres voluntarias que asisten a los centros a compartir con los niños y entregarles cariño y dedicación. Ellas se organizan para conseguir recursos y comprarles ropa nueva o juguetes. “Nuestro objetivo es darles mucho amor a estos niños”, dice una de ellas.
En CONIN aseguran que “se ganó una batalla histórica para el país”. Hoy Chile posee una de las tasas más bajas de desnutrición. Pero ahora el desafío es lo contrario: “El 10% de la población infantil es obesa. Tenemos que mejorar la calidad alimentaria de los niños”, dice el pediatra de la Universidad de Chile.
CONIN trabaja en permanente contacto con las municipalidades de todo el país y el programa “Chile Crece Contigo”, quienes envían a los centros de CONIN a niños con necesidades alimentarias especiales y en situación de vulnerabilidad social. Con nueve centros en todo el país han atendido a 95 mil niños durante sus 38 años de funcionamiento.
¿Cómo se financia CONIN?
CONIN existe gracias al Ministerio de Salud. Desde nuestra creación el sistema de salud otorga dinero por cada niño atendido y recuperado. Tenemos un convenio vigente que mejoramos año a año. Aún así, es insuficiente porque tenemos infinitas necesidades y escasos recursos.
¿Existe aporte de privados?
Sí, pero les reclamamos permanencia. No nos sirve mucho que lleguen una vez. Necesitamos que sus aportes sean constantes en el tiempo. Nuestro desafío es convencer a las empresas que es necesario ayudar a los niños más vulnerables para que crezcan en igualdad de oportunidades.
“SUPER 8”Y VITAMINA I
¿Cómo pasó la sociedad chilena de la desnutrición a la obesidad?
Primero hubo una explosión de políticas públicas enfocadas en la incorporación masiva de la población a los centros de salud. Además, se produjo una tendencia hacia el sedentarismo, los niños llegan a la casa a ver televisión o a estar en el computador. También, la industria de alimentos comercializa una gran cantidad de productos poco saludables y que se promueve su consumo a través del marketing.
¿Qué le parece la “Ley Super 8”?
Es una gran iniciativa. Le pone el desafío a la industria de alimentos de generar productos ricos para la salud porque si no van a verse obligados a rotular los excesos. Además, regula la protección a los niños sobre el marketing.
¿Por qué cree que se generó polémica durante su debate?
Porque choca con la mirada económica que se pregunta por qué se mete el Estado en lo que comemos. Pero si queremos avanzar hacia el desarrollo necesitamos un Estado que intervenga para que tomemos mejores elecciones sobre cómo alimentarnos.
Pero un tema es lo que dice la ley y otra es que se cumpla…
Yo le tengo miedo a la implementación. Como CONIN queremos participar. Debe haber control y fiscalización para que realmente se cumpla la ley. En ese sentido, Chile tiene un déficit tremendo de Vitamina I: hay muchas ideas, pero con muy mala implementación. Falta que nos preguntemos cómo hacer las cosas.