El Centro Cultural y Social Actúa-Pudahuel surge de la población “Los Pinos” en Pudahuel, frente a su problemática de falta de espacios de recreación y áreas verdes en la comunidad, desarrolló creativas iniciativas.
Haciendo partícipes a los vecinos en la construcción de su entorno y en la ocupación de dichos espacios públicos, invitaron a Jornadas de Forestación, Talleres, Cine para niños, Show de fin de año, Tocatas y Muralismo.
Los vecinos se han unido buscando soluciones a los espacios comunes como un pequeño paso ante el gran problema de su población, el narcotráfico, y todo lo que conlleva para los niños y jóvenes de Pudahuel.
“En el Muralismo propiamente tal, hemos encontrado un potente factor de cambio, dado que no solo es la obra del artista y de lo que éste quiera representar, sino el de la propia comunidad, sus niños y familias ellos son parte de la expresión del muro. –explica Carlos Rubio, gestor cultural. Por esto hemos extendido éste concepto a otras unidades vecinales pudahuelinas, con la finalidad de potenciar su quehacer social, incentivar a la unión de las organizaciones sociales- hoy por hoy en baja participación, sobre todo las juntas de vecinos- y generar en los mismos vecinos un ánimo de creación en conjunto, de integración y sociabilidad entre nuestra clase trabajadora”.
La dinámica durante el último trimestre de 2012 fue la de extender el muralismo en 10 sectores de la comuna, donde cada organización se preocupó de difundir la idea en sus vecinos, llamándolos a participar, organizando ollas comunes para que todos compartiéramos un almuerzo o colación durante la jornada.El muro previamente localizado y blanqueado por los propios vecinos, quienes ya decidían el motivo más representativo para expresar, era entregado a nuestro equipo para comenzar el trazado. Luego se integraba a los niños y adultos para colorearlo. En paralelo se incluyó algunos números artísticos locales, “pintacaritas” y jornadas de dibujo para los niños.
Nuestro grupo de trabajo consta de los organizadores propiamente tal, monitores en arte callejero, un trazador, tres coloristas, y dos monitoras infantiles quienes se ocuparon de mantener en constante participación a los niños, con pintacaritas, dibujos y origami.
“Al concluir con éste proyecto, sentimos la necesidad de seguir abriendo camino, ya sea desde ésta forma de expresión, como la de una más constante y permanente, sobretodo en lugares más abandonados a su suerte, porque finalmente es allí donde los niños viven en una cruel vertiente social, en ellos recae el peso de un sistema que busca progreso y exitismo en un área, pero que deja un sesgo doloroso y creciente en un grupo importante de personas” –comenta Rubio.