Terminado los recientes Juegos Olímpicos es posible verificar la importancia de las reglas justas que permiten a todos los competidores tener la misma posibilidad de ganar de acuerdo a su propio talento y esfuerzo. Se compite bajo las mismas condiciones de manera que nadie se vea beneficiado en el más mínimo detalle.
Si existieran reglas justas en nuestro sistema educacional que permitieran a todos los alumnos recibir una educación de calidad donde pudieran completar exitosamente su proceso educacional permitiéndoles desarrollarse de acuerdo a su propio talento y esfuerzo, sin duda alcanzaríamos niveles de desarrollo sustentable que hoy día no se logran.
Donde están radicadas las reglas injustas de nuestro sistema:
Financiamiento: Los alumnos pertenecientes a los sectores más acomodados de nuestro país asisten a los colegios privados (8%) pagando colegiaturas que aproximadamente triplican lo que se invierte en el sector particular subvencionado (54%) y municipal (38%).
Calidad: Los promedios de las prueba Simce del sistema demuestran que los colegios privados alcanzan resultados sustantivamente mejores que los particulares subvencionados y municipales. Así mismo el sector privado puede seleccionar a su alumnos, los particulares subvenciones no pueden pero lo hacen y los municipales no pueden.
Calidad de los profesores: Los privados y particulares subvencionados pueden seleccionar y despedir a sus profesores mientras los municipales están amarrados al estatuto docente. Esto lleva a que los sueldos del sistema municipal no sean competitivos y que sin importar el desempeño docente no se pueda premiar o castigar al profesor destacado o incompetente.
Universidades: Las universidades privadas, que explican el gran crecimiento de la educación terciaria, por ley deben ser instituciones sin fines de lucro logrando a través de sus sociedades espejos conseguirlo, como así mismo las universidades del CRUCH, aunque sean públicas y reciban los mayores aportes estatales de la educación terciaria tienen sociedad que lucran con el patrimonio de la universidad.
Estas son sólo botones de muestra de las políticas de estado que rigen el sistema educacional vigente y que es necesario cambiar. Estas políticas nacen de la LOCE implementada por el gobierno militar, basado en un concepto de libre mercado donde el gobierna entrega una subvención educacional y el mercado regula el sistema. Con el correr de los años distintos gobiernos fueron agregando distintas iniciativas al modelo, incluyendo el estatuto docente y la subvención compartida que hoy día nos llevan a políticas de estado que no se condicen con el desarrollo económico del país.
Una de las razones de la existencia de estas injustas reglas radica en que no se ha sostenido una discusión seria y despolitizada de la educación que necesitamos como país. Sólo se han ido parchando, siempre con excelentes intenciones, un modelo impuesto en los años 90 que no se ha validado por la sociedad donde muchas veces se ha actuado con oportunismo y dogmatismo sin poner el alumnos y sus necesidades al centro de la discusión.
Es de esperar, que esta situación se corrija y que seamos capaces de ofrecerles a nuestros estudiantes un sistema educación con reglas claras, transparente y justas que permitan que el talento y esfuerzo sean las condicionantes de su futuro desarrollo.