Mejoran viviendas para niños con enfermedades catastróficas de escasos recursos
Parálisis cerebral, leucemia, malformaciones, entre otras, son enfermedades que aquejan a miles de niños en nuestro país. Muchos de ellos no pueden vivir con sus familias porque sus casas no tienen las condiciones mínimas de habitabilidad para su desarrollo y tratamiento de la enfermedad. Hábitat para la Humanidad amplía, reconstruye y adecúa sus hogares para que puedan vivir con sus familias y cubrir sus necesidades.
Manolito (6) y Pablina (21) son primos y viven en la misma casa. Él tiene Síndrome de Down y 15 enfermedades asociadas, mientras que Pablina tiene parálisis cerebral. En Marzo de este año comenzaron a vivir en un hogar totalmente renovada. Bajo el Programa Nuestro Hijos Vuelven a Casa, la Fundación Hábitat para la Humanidad Chile adecuó y mejoró significativamente su vivienda en San Bernardo. “Este es el primer año en que no nos llovemos ni pasamos frío” comenta Karen López (38), mamá de Manolito, quien por primera vez pasará un invierno seco junto a sus hijos.
Más de 30 años tiene la Fundación Hábitat para la Humanidad, y 10 trabajando en nuestro país. Bajo el compromiso de defender el derecho a vivienda de las familias más vulnerables, es que esta organización sin fines de lucro ha dado más de 5 mil soluciones habitacionales a familias de los sectores más pobres del país, contribuyendo con esto a mejorar su calidad de vida.
En Chile 23.000 niños y adolecentes aprox. tienen enfermedades crónicas según cifras de Hábitat para la Humanidad. Leucemia, parálisis cerebral, trastornos genéticos, malformaciones, entre otras son algunas de ellas, e implican altos costos y ponen en riesgo la vida de quienes las padecen. Esto también afecta a toda la familia, situación que se hace aún más compleja cuando sus hogares no tienen las condiciones mínimas de habitabilidad como electricidad, suelo, aislamiento del frío, etc. En este contexto es que nace el Programa Nuestro Hijos Vuelven a casa, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de los hogares de familias vulnerables, para que sus hijos puedan desenvolverse en el hogar según sus necesidades.
Bastián nació con parálisis cerebral. Tiene 16 años y durante 15 vivió en un cuarto construido en el patio de una casa junto a sus padres. Ahí tenían dos camas, una cocina y un mueble. A través de la Teletón, institución donde se trata Bastián, se hizo el vínculo con Hábitat para la Humanidad. Un dormitorio de 3 por 6 metros fue lo que construyeron para él, donde actualmente tiene su cama, una cama para hacer ejercicios, sus juguetes y además espacio para movilizar la silla de ruedas. “Cambió totalmente la vida para Bastián y para todos, él ahora tiene su espacio y se siente más cómodo”, comenta Yanette Ovalle (43), mamá de Bastián.
Las familias con las que trabaja esta organización son derivadas desde instituciones de salud y centros de rehabilitación. Hábitat visita sus hogares, conoce a la familia a los niños y las necesidades que estos tienen. “Las necesidades son muy diferentes, por eso construimos a medida para cada familia”, comenta Loreto Barriga, Directora de Gestión Social de la institución. El trabajo consiste en adecuar las casas, ampliarlas o derechamente construir de nuevo para satisfacer estas necesidades. Para esto, se cuenta con brigadas de voluntarios de chile y el extranjero que aportan con la mano de obra. Luego de las evaluaciones pertinentes, los voluntarios trabajan dos semanas intensamente para terminar la obra gruesa de la construcción. El trabajo total se termina en un plazo máximo de un mes.
A la casa de Pablina y Manolito, llegaron 25 voluntarios, entre ellos chilenos y canadienses. “Ellos me agradecía a mí por atenderlos, cuando en el fondo ellos estaban haciendo algo por mí”, comenta Karen López. En esta casa viven dos familias, en total 8 personas. A La familia de Manolito, constituida por sus padres y sus hermanos Israel (12) y Maca (16), se les construyó una vivienda con tres habitaciones, un baño y una sala de estar. Antes, dormían todos en un mismo cuarto, donde no había espacio, luz natural, y se filtraba el frío y la lluvia, situación que complicaba la salud de Manolito. “No conocíamos lo que era sentirse cómodo en tu propia casa”, comenta Karen. Por otra parte, a Pablina se le construyó un dormitorio espacioso para ella y su madre. Ella no puede dormir sola porque sufre de ataques de autoagresión, necesita supervisión todo el tiempo. “Ahora tenemos espacio, ventanas y puerta, cosa que antes no teníamos”, comenta Tamara López (39), mamá de Pablina. Además, tiene piso flotante y el espacio suficiente para desplazarse y hacer sus ejercicios en su juego terapéutico.
Hábitat para la Humanidad

Hábitat para la Humanidad está presente en 100 países, y se financia a través del aporte económico de empresas y privados, principalmente del extranjero. Este año, por primera vez realiza en Chile una campaña para buscar aportes económicos y nuevos voluntarios que permitan seguir dando soluciones a las familias. Para mayor información acceder a www.hphchile.cl .
En una ampliación, construcción o adecuación se gastan 3 millones promedio. Estas tienen las condiciones mínimas de habitabilidad, son construcciones sólidas y definitivas, con paneles forrados y techos permanentes. Hábitat para la Humanidad Chile ha construido más de 50 soluciones habitacionales en el Programa Nuestro Hijos vuelven a casa. Hoy se encuentra en medio de una campaña de difusión y captación de donantes y voluntarios con el objetivo de realizar como mínimo 40 soluciones habitacionales anuales para familias vulnerables que tienen hijos con enfermedades catastróficas o necesidades especiales. Cabe destacar que las familias no corren con ningún gasto durante este proceso ni posteriormente.