El diputado Carlos Montes (PS) y el senador Jaime Orpis (UDI) firmaron un acuerdo que solicita crear la Ley Unica, texto entregado al gobierno en 2012. Si bien matizan respecto al rol del Estado, ambos esperan que el proyecto mejore las franquicias tributarias a los donantes.
Carlos Montes (PS): “Algunos piensan que no existan porque es caro fiscalizar”
El diputado Carlos Montes está de acuerdo que haya recursos y franquicias que favorezcan iniciativas de voluntariado y ONGs, pero que no desmedren la función del Estado. El candidato a senador por Santiago Sur Oriente asegura que algunas áreas son de responsabilidad estatal y, si a veces no lo hace, se debe a la actual Constitución, que coloca restricciones para operar, considerando al Estado sólo como subsidiario.
—¿Usted privilegia el Estado sobre la sociedad civil?
—Antes de dar franquicias tributarias, el Estado tiene que pensar cómo asume su propia responsabilidad. Eso se fortalece en la medida que el voluntariado y la sociedad civil asumen algunas responsabilidades. Y de repente algunas empresas, pero el problema es cuando se desequilibra todo esto.
—¿Se refiere a “abusos” por parte de los donantes?
—Costó mucho sacar la Ley de Donaciones con Fines Sociales. Hay gente que piensa que no debe existir porque es tan caro fiscalizarlo que más vale no dar franquicias, así pensaba el ex ministro Eyzaguirre, dado nuestra cultura “pilla”. Todas las leyes de donaciones buscan evitar contraprestaciones y abusos, algunas han quedado tan restrictivas que han limitado los aportes.
—¿Con las actuales leyes se mal utilizan los recursos?
—El mayor problema que hemos tenido es con las universidades. Los grupos económicos cedieron (aportes) a sus propias universidades y acumularon mucho más capital. Eso después se cerró. En deporte también ocurrió con donaciones de empresas que de alguna manera triangulaban.
—¿Por qué firmó el acuerdo por una Ley Unica?
—El voluntariado no se ha desarrollado en parte por falta de recursos. Se trata de sistematizarlo, hacerlo más transparente y equitativo entre un área y otra. Muchas cosas no las hace el Estado, pero creo que hay piso que permite que privados puedan realizar aportes.
—¿Qué hace tan difícil este nuevo proyecto de ley?
—Este tipo de proyectos son muy debatidos porque se trata de otorgar recursos del Estado al privado para que aporten a la sociedad, el cual debe ser capaz de responder a problemas en que los privados juegan un rol importante y complementario al Estado.
—¿Los privados donarían más con mejores leyes?
—Existen otros mecanismos cuando el Estado quiere el complemento de privados, como son los convenios y subsidios. La educación se sustenta en un 54% bajo ese modelo. Reconozco que los aportes con franquicias tributarias, hasta el momento, han sido poco relevantes.
—¿Qué le exigiría al proyecto?
—Hay una cantidad y diversidad de franquicias que tenemos que ordenar, pero con especificaciones. Creo que se deben modernizar y simplificar los procedimientos, fortalecerlos y recoger la experiencia en evaluación y control de proyectos.
—¿Por qué cree que el Gobierno aún no envía el proyecto de ley?
—Yo creo les queda poco tiempo y no está dentro de sus prioridades. A los gobiernos en general no les gusta dar franquicias y no le dan prioridad porque hay mucho lobby, intereses y acciones para evitar contraprestaciones.
Jaime Orpis (UDI): “Ley de Donaciones para la pobreza es la peor de todas”
El senador Jaime Orpis es uno de los fundadores de la Corporación La Esperanza. El parlamentario asegura que lleva años luchando por una Ley Unica de Donaciones que sea “completa, expedita y transparente”. Orpis cree necesario que la decisión de donar esté determinada por el mérito del proyecto y no por la facilidad que brinden las distintas leyes de donaciones.
—¿Por qué cree que las actuales Leyes de Donación son limitadas?
—Actualmente hay más de seis leyes distintas, con distintos requisitos y límites para las empresas donantes. Cuando una empresa decide donar pasa a ser determinante el beneficio tributario que obtiene. Las distintas Leyes de Donaciones se convierten en un elemento discriminador.
—¿Cuál es la que requiere mayores cambios?
—La ley para la pobreza (Ley con Fines Sociales) porque no respeta íntegramente la voluntad del donante y tiene menos beneficios tributarios. Es la que tiene peores condiciones.
—¿Por qué dice que no respeta la voluntad del donante?
—El Fondo (Mixto) impide que el donante tenga plena libertad para determinar el destino de su donación. Si yo quiero hacer una donación sobre las 700 UF, para que respeten mi voluntad me castigan con un 15%. Si yo quiero donar más de 700 UF para la cultura, me respetan la totalidad: el 50% como crédito y el 50% como gasto y nadie objeta nada.
—Entonces los donantes no escogen según sus preferencias.
—Yo me pregunto ¿cómo escoge ese potencial donante? ¿Qué analiza? Porque esto no es pura emoción, también tiene que ver con el instrumento que se ofrece.
—¿Esto provoca desigualdad en las donaciones?
—La ley de donaciones para la pobreza es la peor de todas porque tiene menos recaudaciones. Un tema como la pobreza está en absoluta desigualdad respecto a la cultura y la educación.
—Además, hay temas ausentes como salud y medio ambiente.
—Una Ley Unica debería incorporar ámbitos postergados. Si hoy la innovación tiene ley, ¿por qué no va a tener medio ambiente y salud?
—¿Qué le parece el rol del Estado en estas áreas?
—La sociedad civil ha demostrado que es un complemento necesario y el Estado aportando la mitad puede duplicar su impacto social en muchas áreas que son deficitarias. Si la sociedad actúa por pura filantropía, la limitas.
—¿Por qué cree que aún no se despacha la propuesta de Ley Unica prometida por el Gobierno?
—La verdad es que para mí es inexplicable. Existen cientos de necesidades e insuficiencias, algunas muy crudas. Si tenemos un instrumento con el que podemos ayudar más rápido, es absurdo no hacerlo.