En el marco del primer seminario nacional de experiencias exitosas en educación parvularia “Comparte Educación 2013”, la Sala Cuna “Mi Casita”, ubicada en el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Valparaíso, fue reconocida junto a otros cinco jardines infantiles de la Quinta Región.
La sala cuna “Mi casita”, que funciona desde 1999 en ese recinto penal, presentó una innovadora metodología de trabajo que promueve la vinculación y la confianza entre las madres de la Sección Lactantes y el equipo de la sala cuna, siempre buscando un mejor desarrollo de los niños y niñas.
La Directora Regional de Fundación Integra, Paola Álvarez, señaló que “se trata de una experiencia sencilla que nace de un diagnóstico certero y que responde a las características y necesidades de los niños y sus madres en la realidad particular en la que están insertos”.
Vínculo materno
De esta manera, junto con el trabajo pedagógico y de estimulación temprana que realiza la sala cuna con los lactantes, la directora del establecimiento, Rosa Arias, se refirió al contexto de privación en el que viven estas mujeres y sus hijos. “El vínculo afectivo y la educación como agentes transformadores en realidades adversas”, comentó la educadora.
Gracias a este proyecto, las madres y el equipo de la sala cuna mantienen contacto con los menores, para mantener el vínculo materno y apoyar su crianza. “Estamos convencidas que establecer estas relaciones afectivas permite a realizar las transformaciones sociales”, agregó la educadora.
La actual legislación permite que los hijos de mujeres privadas de libertad permanezcan junto a sus madres hasta el año de vida al interior de los recintos penitenciarios. Para ello, existe un convenio entre Fundación Integra y Gendarmería vigente en cuatro regiones del país.