Juan Pablo Ceroni, Andrea Sepúlveda y Daniela Martín partieron hace dos meses a Zambia como voluntarios de la ONG África Dream. Los tres son doctores y trabajan en el hospital de la localidad de Sichili, un pequeño pueblo ubicado en el sur del continente negro.
Clave para integración de los chilenos ha sido Nimi, la partner de África Dream en Zambia, quien los insertó en la comunidad, luego de un ritual religioso. Las misas duran cuatro horas. Las mujeres bailan y cantan; los hombres tocan instrumentos musicales autóctonos.
“La gente nos cantó y bailó para agradecernos, hicieron una fila para saludarnos. Fue muy emocionante”, comennta la chilena Daniela Martín.
Medicina precaria
El hospital de Sichili atiende a todo el distrito de Mulobezi, donde viven 36 mil personas. Muchos caminan decenas de kilómetros e incluso se demoran semanas para llegar al centro de salud. En el recinto, los pacientes están hacinados, por lo que los chilenos hacen rondas médicas ambulatorias, siempre acompañados de algún enfermero que les traduce del silozi al inglés.
El hospital está semi derrumbado y carece de elementos medicos básicos como remedios y suero. Además, la cultura local provoca que sus habitantes acudan al doctor como última opción… antes prefieren atenderse con brujos y chamanes.
Los chilenos están a cargo del screening de cáncer de mama y cervicouterino —principales causas de mortalidad femenina— y que nunca se han realizado en Sichili. Asimismo, realizan reuniones clínicas con el equipo del hospital para enseñarles cómo abordar las emergencias.
“Las personas son agradecidas, algunos familiares de pacientes fallecidos vuelven al hospital a darnos las gracias”, cuenta Martín. Mientras que su compañero de travesía, Juan Pablo Ceroni, comenta que “el ritmo de trabajo es diferente. La palabra emergencia no tiene cabida, hay que pelear por los medicamentos.
África Dream es una fundación nacida en Chile en 2005, con la meta de mejorar la calidad de vida de la población pobre de África. “Entregamos ayuda social sustentable a las comunidades a través de profesionales voluntarios. Respetamos y potenciamos la cultura local, propiciando un aprendizaje recíproco”, explica Consuelo Voigt, directora ejecutiva de la ONG.
Los voluntarios aportan con sus capacidades en distintas ámbitos profesionales como la agricultura, salud y educación. Todos, cuentan en la ONG, regresan preparados para ser agentes de cambio y colaborar en el desarrollo social.
Voigt asegura que los chilenos se benefician del intercambio cultural. “El trabajo de los voluntarios permite que se traigan a Chile toda la riqueza del pueblo africano, sus valores y conexión con la naturaleza. Así, nuestros voluntarios pueden realizar mayores aportes a nuestra sociedad cuando vuelven”, asegura.
“Es una experiencia única. Las condiciones adversas nos impulsan a seguir trabajando con más ganas. Estamos felices y entregando un 100% en la atención del hospital… África nos está entregando las herramientas para en el futuro trabajar en nuestro país”, comenta uno de los chilenos que trabaja en una de las zonas más pobre del planeta.