En sus inicios se planteó como una instancia recreativa pero, con el paso de los años, el Taller Diferencial Dr. Alfonso Asenjo, de la Liga Chilena contra la Epilepsia, fue tomando un rol educacional que buscaba preparar a jóvenes con discapacidad cognitiva y epilepsia para la vida laboral. Hoy, el desafío no es sólo que los alumnos puedan trabajar, sino desarrollarse como adultos independientes y capaces de vivir su vida a plenitud.
El Taller Diferencial se formó hace 60 años, cuando un grupo de damas voluntarias y esposas de médicos impulsaron talleres recreativos en el Instituto de Neurocirugía para ayudar a los pacientes con epilepsia que eran atendidos en el hospital. En esa época, debido a la ignorancia y el estigma social, estos jóvenes no tenían posibilidades de educarse, mucho menos trabajar.
En 1979, el ministerio de Bienes Nacionales donó una casa en Inés Palma 0263, Ñuñoa, lugar en el que el taller se mantiene hasta el día de hoy. Hasta ese momento, ingresaban jóvenes y niños de todas las edades y con cualquier condición cognitiva, pero los recursos con los que se contaba eran limitados, por lo que, en 1983, el ministerio de Educación firmó la resolución que daba origen formal al Taller Diferencial Dr. Alfonso Asenjo y se estableció que estaría orientado a jóvenes entre 16 y 24 años con epilepsia y discapacidad cognitiva leve a moderada.
Lo que, en un principio, nació como un espacio de recreación para que los jóvenes en tratamiento no perdieran sus habilidades manuales, fue adoptando un rol educacional. “Al principio se trataba de un proyecto de inserción laboral, pero ahora nuestro enfoque es mucho más amplio. El objetivo ya no es sólo preparar a los jóvenes para el mundo del trabajo, sino capacitarlos para que transiten de mejor forma hacia la adultez, lo que abarca diversas gamas de la vida humana como la autonomía, el derecho a la sexualidad y a formar familia” , señaló María Elena Moya, Directora de este establecimiento educacional.
El Taller cuenta con cuatro cursos: tejido, alimentación, artesanía en cuero y vocacional integrado, con tres niveles cada uno (formación, capacitación y producción). Además, con la implementación de la jornada escolar completa, se incorporaron talleres recreativos que contemplan actividades como música, deporte, reciclaje, artesanía y producción, entre otras.
“A través de estos talleres, no buscamos formar artesanos, chefs o tejedores expertos, sino generar competencias laborales y sociales en nuestros alumnos y entregarles herramientas para vivir de forma autónoma”, explica Marcela Alfaro, Jefa de la Unidad Técnico Profesional del establecimiento.
Para lograr esta tarea ha sido fundamental la incorporación del núcleo familiar de los alumnos: “Nosotros podemos hacer muchas cosas por los jóvenes, pero si la familia no nos apoya y no se refuerzan las habilidades y competencias que nosotros enseñamos y desarrollamos acá, en su casa, no vamos a avanzar. Para los papás es un poco fuerte cuando les hablamos del concepto de transición a la “vida adulta”, porque muchos de ellos todavía ven a sus hijos como niños”, señala la Directora.
Enfrentando el mundo laboral
Christopher Escobar se graduó del Taller Diferencial el 2012 y, actualmente, trabaja en un restaurant, donde aplica los conocimientos que adquirió en sus años como alumno del curso de alimentación del establecimiento.
“Para nosotros, el caso de Christopher ha sido todo un éxito. Cuando él llegó era muy tímido, no le gustaba hablar ni compartir con las personas. Hoy, a través de él, podemos demostrar que los jóvenes con epilepsia y discapacidad cognitiva sí pueden integrarse al mundo laboral y desarrollar una vida normal”, señaló María Angélica Serqueira, profesora del curso de alimentación.
“Haber asistido al Taller me sirvió para aprender a hacer las cosas por mí mismo y a relacionarme con las demás personas. Hoy tengo trabajo, estoy pololeando y acabo de abrir mi cuenta de ahorros porque me quiero comprar una casa y formar una familia”, añadió Christopher.
A pesar de sus logros, este joven aclara que no ha sido fácil. Todavía hay gente que lo mira con recelo y cuesta que lo vean como una persona con las mismas capacidades. Además, muchos de los alumnos dudan de sus propias facultades, ya que las familias tienden a sobreprotegerlos, lo que no les permite explorar sus talentos. “Para nosotros es muy importante trabajar en el tema del apego, los alumnos llegan siendo muy dependientes de su entorno porque han sido criados así, pero nosotros tratamos de formarlos para que sean autosuficientes”, dice la Directora.
El Taller Diferencial Dr. Alfonso Asenjo es totalmente gratuito y ha obtenido el premio de excelencia académica del ministerio de Educación en 5 oportunidades, además de otros reconocimientos por el trabajo que realiza en el área de la inclusión laboral y social de personas con capacidades diferentes.
Hace algunas semanas comenzó el proceso de matriculación y quienes deseen inscribirse deben ingresar a la página web www.ligaepilepsia.cl o llamar directamente al (02) 22040203.