Josefina Muñoz, voluntaria de Desafío Levantemos Chile, nos cuenta en primera persona por qué decidieron focalizar su trabajo con los pescadores de Caleta Riquelme -en las cercanías de Iquique-, afectados por el tsunami tras el terremoto de 8.2 que afectó al norte del país.
“Como Desafío Levantemos Chile, llegamos a la zona afectada para trabajar nuevamente el modelo de gestión que Felipe Cubillos aplicó en el sur de nuestro país para el terremoto del 2010. Partimos el 3 de abril con un equipo de cinco personas de Desafío Levantemos Chile a levantar un catastro para ver las necesidades en el norte de nuestro país.
Antes de salir, nos contactamos con Juan Cáceres, uno de los pescadores que había resultado muy afectado con el tsunami en la caleta Riquelme. Más de 180 pescadores mantienen a sus familias gracias a esos botes. Llegamos al aeropuerto y nos estaban esperando dos de los pescadores con un cartel que salía “Desafío Levantemos Chile”, con eso ya nos dimos cuenta las ganas que tenían de salir adelante.
La acogida por parte de ellos, la necesidad de escucha y de mostrar cómo la madera que veíamos flotando había sido parte de los botes que con tanto esfuerzo habían conseguido, nos impactó. Los relatos son muy fuertes, es mucho esfuerzo al fondo del mar. Ellos están parados, tratando de salvar algunas embarcaciones que todavía flotan con una grúa que se mantiene erguida mirando las olas que hace tres días rompieron con todo. Hay mochilas, madera, proas, redes y hasta un lobo de mar que aparece entre los escombros.
“Yo soy de la mar, no se qué hacer ahora, ni cómo trabajar en tierra”, nos decía uno de los pescadores afectados. Nos reunimos con ellos y con los tres sindicatos que componen la caleta, y decidimos ponernos a trabajar. Ellos creen que falta mucho tiempo para poder arreglar sus botes, tienen el miedo de que pasen cuatro meses sin el trabajo que llevan toda la vida ejerciendo para levantar a sus familias. Por ejemplo, de no poder salir a pescar para Semana Santa.
Nosotros, como Desafío Levantemos Chile, vinimos con un foco claro: no ser iluminadores de escritorio, sino que validar los casos y dejar los pies en el terreno, en donde se ven realmente las verdaderas necesidades. Somos un puente entre quienes necesitan ayuda -y quieren salir adelante- y quienes pueden ayudar.
Quedamos en juntarnos hoy en la mañana. Nos van a entregar un catastro de todos los botes afectados y con eso evaluaremos las necesidades. Sabemos que para lograr cambios necesitamos el apoyo de la sociedad civil y de las empresas, que juntos lograremos que todos los que se vieron afectados por este terremoto, vuelvan a levantarse”.