¿Le seguiremos agregando “adornos” al mosaico de leyes existentes producto del intenso lobby de los interesados y generando odiosas desigualdades, desórdenes y tensiones adicionales?
Mi intención es muy sencilla: llamar la atención e invitar a las autoridades a cumplir responsablemente sus compromisos en esta materia y a trabajar arduamente, de manera participativa, para obtener un éxito compartido.
En julio de 2012 tuve la oportunidad de encontrarme, en los salones del ex Congreso Nacional, con un importante grupo de profesionales, transversal en lo político, con quienes ambicionamos un Chile más integrado, con similares oportunidades para todos y donde pudiéramos relacionarnos con justicia. Aquel día se realizó el seminario “Hacia un Chile más integrado” con excelentes ponencias que nos ayudaron a reflexionar sobre nuestra manera de desarrollarnos como sociedad. Fue una buena ocasión para mirar el presente y plantearnos los desafíos que ahora nos corresponden, tanto a los actores privados, las autoridades públicas y, por supuesto, a la sociedad civil.
Uno delos temas más conversados –y sobre el cual se percibió una sólida unanimidad– fue la urgencia de proporcionar un apoyo legal más coherente, transparente y facilitador a la participación ciudadana y las empresas en iniciativas sociales que busquen el bien común para la comunidad. En concreto se mencionó a la Ley Unica de Donaciones como un paso indispensable para fortalecer la participación y la responsabilidad ciudadana en diversos ámbitos de la sociedad.
Se ha escrito bastante acerca de la necesidad de una iniciativa de ésta índole. Lo han señalado las mismas organizaciones y ha sido refrendado por especialistas y empresarios. Además, se han destacado los beneficios que reportaría en lo social, económico, cultural y deportivo. Sobre ello no profundizaré, sin embargo, sólo quiero recordar que la evidencia empírica internacional de buenas prácticas también apunta en esa dirección.
Mi intención es muy sencilla: llamar la atención e invitar a las autoridades a cumplir responsablemente sus compromisos en esta materia y a trabajar arduamente, de manera participativa, para obtener un éxito compartido.
¿Le seguiremos agregando “adornos” al mosaico de leyes existentes producto del intenso lobby de los interesados y generando odiosas desigualdades, desórdenes y tensiones adicionales?
Al seminario de julio del 2012 asistieron representantes del Ministerio de Hacienda y el ministro de Desarrollo Social. Ambos se comprometieron a avanzar en esta dirección; más aun, el representante de Hacienda planteó abiertamente las ‘debilidades del sistema actual’ y ante la audiencia dio la impresión deque esto era una prioridad. Luego se le entregó, en ese mismo mes, una propuesta al ‘Segundo Piso’ (María Luisa Brahm) y en pleno Mes dela Solidaridad, cuando el Ejecutivo lanzaba el sello Más por Chile, a mí, personalmente, me correspondió agradecerlo y solicitar la aceleración de dicha iniciativa. En esa instancia el mismo Presidente se comprometió públicamente a trabajar por ello con máxima urgencia.
El Ministerio de Hacienda debe ser el principal protagonista de esta tarea. Me imagino que por esto, y siguiendo las instrucciones del Presidente, en la Cuenta Pública 2012 se asumió el compromiso de sacar adelante una Ley Unica de Donaciones’ (“este proyecto unifica estas leyes en un único cuerpo legal con tratamientos administrativos y tributarios homogéneos”, dijo en esa ocasión)
¿Qué ha sucedido desde entonces? Por lo menos a la luz pública muy poco. Sólo han ocurrido acciones preocupantes, como la aprobación de modificaciones a la llamada Ley Valdés, la no inclusión de aspectos medioambientales y la intención frustrada de que productoras privadas usen estas franquicias.
¿Le seguiremos agregando “adornos” al mosaico de leyes existentes producto del intenso lobby de los interesados y generando odiosas desigualdades, desórdenes y tensiones adicionales? No me parece prudente ni bueno para el país.
¿No sería mejor conformar pronto un grupo de trabajo que se avoque a esta tarea y alcance consensos para que efectivamente se envíe al parlamento lo que se prometió?
Hay una buena fecha para entregar algo concreto y ésta es el Día de la Solidaridad, el 18 de agosto, en el que recordamos a ese gran movilizador social, transformador de conciencias, que fue el Padre Alberto Hurtado; sería justo un año después del compromiso presidencial. Para lograrlo deberíamos saber en qué se ha avanzado y cómo podemos cooperar desde la sociedad civil para que efectivamente la Ley Unica de Donaciones se convierta en realidad. Estamos siempre disponibles para hacerlo.