Si bien en países desarrollados el tema del voluntariado dentro de las propias compañías está internalizado en la cultura empresarial, en Chile es un tema que recién se está integrando. Pero avanza. Y lo hace a paso firme, porque las empresas descubren que al igual que la comunidad, ellas también se ven muy beneficiadas.
Todos los lunes, después de almorzar, Ricardo Leontic y Gloria Chacón toman sus cosas y se trasladan desde Apoquindo 3.600, Las Condes, donde queda Principal Financial Group, la empresa donde trabajan, hasta la calle Capitán Prat 20, San Joaquín, donde está ubicado el Centro Penitenciario Femenino. Ahí, hacen cola, entregan sus celulares y tras dejarse revisar por Gendarmería, entran al recinto sin más que sus objetos más personales y sus ganas de enseñar.
Ricardo y Gloria, junto a un grupo de cinco ejecutivos de Principal, imparten un taller de microemprendimiento a 19 mujeres con el fin de que, una vez libres, puedan desarrollarse y valerse por sí mismas. En el taller, que consta de ocho sesiones de dos horas, los ejecutivos de Principal enseñan lo que saben. Desde sus conocimientos como ingenieros comerciales, capacitan a las internas sobre las materias relacionadas con el desarrollo de un negocio y las variables críticas que se deben analizar para que los desafíos tengan éxito.
La iniciativa es sólo uno de los cerca de 30 proyectos de voluntariado que gestiona y organiza la Fundación Trascender a través de su área de Voluntariado Corporativo que recién se abrió el año pasado. Este proyecto en particular, se está llevando a cabo en alianza con la Corporación Abriendo Puertas, que trabaja, precisamente, con el tema de la reinserción social de las mujeres privadas de libertad.
La fundación, que lleva once años haciendo de puente entre organizaciones sociales que trabajan en la superación de la pobreza y que no tienen recursos para pagar capacitaciones y voluntarios profesionales (no estudiantes), el año pasado abrió su nueva área de Voluntariado Corporativo. Al ver que muchas empresas del país se encontraban ante la problemática de no saber muy bien cómo empezar a desarrollar sus departamentos de Responsabilidad Social Empresarial, la fundación comenzó a acercarse a ellas con la idea de ayudarlas a avanzar en el tema. Así, les propuso hacerse cargo de la organización de sus voluntariados corporativos. Es decir, de un voluntariado que pudiera ser realizado por sus propios ejecutivos en base a sus particulares habilidades y profesiones y que fuera en ayuda de una organización que trabaje con la superación de la pobreza, que es el sello que identifica a la Fundación Trascender desde sus inicios.
La primera empresa que se sumó a este desafío fue Xstrata Cooper, en Antofagasta -la fundación está presente en esa ciudad, Santiago, Concepción y Puerto Montt. Y a lo largo del año, se han ido sumando varias más, entre ellas, Angloamerican, BCI, Colbún, Transelec, Lipigas y Principal.
Metodología
El método que utiliza la fundación está basado en un diagnóstico que hace ésta sobre las expertices más importantes que hay al interior de la empresa asistida. A partir de esto, Trascender busca la organización más adecuada en relación al tipo de capacitación que pueden ofrecer los profesionales de la empresa en cuestión.
El taller de emprendimiento que desarrollan Gloria y Ricardo es posible gracias a que su lugar de trabajo les dio la oportunidad de hacerlo. Y no en horas de almuerzo o extra laborales, sino que en horas-empresa. De esta misma forma, 12 compañías que trabajan con la Fundación Trascender hacen lo mismo: donar horas empresas para que los empleados que quieran sumarse a esta actividad de voluntariado, lo puedan hacer. En Chile, en general, las empresas dan entre 40 y 45 horas anuales, lo que equivale a dos horas semanales. Y aunque es un avance en relación a nuestro país, aún nos queda por avanzar si es que comparamos la cantidad de horas con las que dan a sus empleados las empresas estadounidenses, por ejemplo, que entregan, en promedio más de dos horas semanales por voluntario.
En Estados unidos, en donde el tema está arraigado también en las medianas y pequeñas empresas, se usa incluso la semana de voluntariado, en donde todos los empleados dejan de trabajar y se dedican exclusivamente a entregar sus conocimientos y herramientas en centros educacionales pobres u otras instituciones necesitadas.
En Chile, se están convenciendo de a poco que la mejor inversión que se puede hacer para mantener a los empleados contentos, fidelizados con su lugar de trabajo y motivados, es darles espacio para que tengan la posibilidad de hacer actividades distintas a sus trabajos, como el voluntariado. “El voluntariado corporativo es una oportunidad para incorporar una cultura organizacional nueva, en donde los cargos más altos con los más bajos se pueden encontrar y conocer en pos del servicio a la comunidad. Esto hace que se humanice el trabajo dentro de la empresa y eso es un valor agregado muy fuerte, es lo que, precisamente, genera fidelización”, dice Consuelo Alvear, directora ejecutiva de Fundación Trascender. Idea que confirma Ricardo Leontic: “Para mí este taller es una experiencia muy enriquecedora, en donde te sientes más humano. Muchas veces este tipo de actividades se plantean como algo que será de gran ayuda para los otros, en este caso, para las internas, pero la verdad es que nos beneficia a todos. Estoy muy contento de contribuir y sobre todo muy agradecido del cariño y dedicación que han manifestado las mujeres presas en este taller”.
Si bien Fundación Trascender continúa con su área de voluntariado tradicional, que se basa en reclutar voluntarios profesionales particulares por una parte y organizaciones sociales que necesiten de alguna capacitación, por otra, quiere seguir expandiéndose por el lado del voluntariado corporativo. “A propósito de la buena respuesta que hemos recibido de parte de las empresas, queremos seguir colaborando, de manera conjunta con ellas, en proyectos de voluntariado con el fin de aportar con un grano de arena en el gran desafío de superar la pobreza de nuestro país y desarrollar una mayor integración social”, afirma Consuelo Alvear.